La creciente digitalización de nuestras actividades personales y laborales, así como el auge de la economía verde, son factores que están aumentando el grado de dependencia que tiene nuestra sociedad respecto a la energía eléctrica.
La digitalización necesita cada vez más de centros de datos para almacenar y tratar la información que utilizamos en nuestra operativa diaria (datos bancarios, datos personales, documentos en la nube, comunicaciones, etc.). Estos centros de datos tienen un consumo eléctrico elevado, tanto del material informático como de la climatización necesaria para mantener los servidores en óptimo rendimiento.
Por otra parte, la economía verde está dando un impulso decidido a la movilidad eléctrica. Esto va a suponer un reto importante para la infraestructura actual de la red eléctrica, para asumir el incremento de demanda que comportará en un futuro cercano la carga simultánea de miles de baterías de vehículos eléctricos.
Por estos motivos, todas las aplicaciones críticas (hospitales, centros de datos, industrias, etc.) necesitan cada vez más de un suministro alternativo de energía para el caso que se produzca de fallo de la red eléctrica o para suplir la demanda que no es capaz de aportar en un determinado momento la red pública. La solución más segura y fiable para tener este suministro alternativo es un grupo electrógeno de arranque automático.
¿Cómo funciona un grupo electrógeno con arranque automático?
El grupo electrógeno de arranque automático está formado por un alternador acoplado a un motor de combustión interna. Un equipo de control detecta el fallo de red y automáticamente da orden de arranque al motor. Como resultado, en menos de diez segundos el grupo electrógeno está disponible para suministrar energía eléctrica de forma estable y segura.
En las instalaciones que así lo requieran, el equipo de control también permite poner en paralelo varios grupos electrógenos. También es posible poner en paralelo los grupos con la red pública, siempre que la legislación lo permita.
El sistema se complementa con un conmutador de potencia Red-Grupo consistente en un disyuntor de Red y un Disyuntor de Grupo, que conectan la carga a la Red o al Grupo según las necesidades del momento.
¿Qué requisitos tiene que cumplir?
Los requisitos técnicos que ha de cumplir un grupo electrógeno de arranque automático para suministro de emergencia por fallo de red son los siguientes:
- Disponer de un cuadro de arranque automático. Este cuadro está formado por un módulo electrónico que arranca el grupo cuando detecta el fallo de la red y maniobra el conmutador de potencia Red-Grupo dando orden de desconexión al Disyuntor de Red y orden de conexión al Disyuntor de Grupo. El cuadro también monitoriza los parámetros del motor y del alternador para proteger el grupo en caso de anomalía.
- Disponer de un sistema de ayuda al arranque para asegurar un arranque rápido en caso de fallo de red. Este sistema esta formado por:
- Un cargador electrónico que mantiene las baterías de arranque cargadas mientras el grupo está parado.
- Una resistencia de calefactora de líquido refrigerante del motor, que mantiene el motor a unos 35ºC en condiciones óptimas para asumir la carga.
- Cumplir la norma internacional de diseño de grupos electrógenos ISO 8528.
Aunque no es imprescindible en algunos casos, sí es aconsejable que el motor de combustión tenga un regulador electrónico de velocidad para mantener la velocidad del motor lo más estable posible. Con los reguladores electrónicos de velocidad se consiguen márgenes de variación del +-0,5%.
Dado que el grupo electrógeno debe dar soporte vital a infraestructuras críticas, es imprescindible disponer de un buen servicio de mantenimiento y de postventa. En este caso es muy recomendable contratar el servicio al propio fabricante del grupo o en su defecto, a un Servicio Técnico Oficial.
Últimos avances en grupos electrógenos de arranque automático
En los últimos años, el grupo electrógeno de arranque automático ha ido incorporando innovaciones que buscan aumentar el rendimiento, minimizar el impacto sobre el medio ambiente y un control más efectivo. Ejemplos de estas innovaciones son:
- Motores de combustión de bajas emisiones de humos a la atmósfera.
- Grupos insonorizados de bajo nivel sonoro.
- Ventilación adaptada para trabajos en condiciones ambientales extremas (alta temperatura, ambientes salinos, ambientes polvorientos).
- Transferencias de carga entre grupo y red sin corte de suministro. Sincronizando el grupo con la red de manera automática se consiguen eliminar los cortes de suministro en las conmutaciones de grupo a red y viceversa.
- Tecnología IoT (Internet of Things) incorporada en el cuadro de control de los grupos electrógenos. Los grupos se comunican entre ellos y con el usuario final mediante buses de comunicación, de manera que se puede controlar el estado del grupo electrógeno desde cualquier sitio a través de un ordenador o dispositivo móvil.
- Grupos en paralelo. Los grupos se comunican entre ellos para sincronizarse automáticamente y ponerse en paralelo entre ellos y con la red repartiéndose la carga. La comunicación permite que el número de grupos que están en servicio se adapte automáticamente a la carga conectada en cada momento, optimizando así el consumo de combustible y el rendimiento de la instalación.
Vemos por tanto que el grupo electrógeno de arranque automático está llamado seguir teniendo un papel importante como soporte a las infraestructuras básicas de nuestra sociedad, teniendo a su vez un mínimo impacto en el entorno.